Estoy cabreada hoy.
He leído en un periódico gratuíto, (no se cuál, no puedo daros bibliografía) que Gallardón va a prohibir la venta de artículos de broma en el mercadillo navideño de la plaza mayor.
Para las que no viváis en Madrid os explico que el mercado de la plaza mayor es uno de los símbolos de que la navidad ha llegado a Madrid. Los padres van con los niños, los estudiantes acuden el día de las pellas y lo visitan mientras se comen un bocadillo de calamares y prácticamente toda la ciudad se une allí.
Allí se puden comprar figuritas para hacer belenes, espumilón para decorar el árbol, pero sin duda los productos estrella son las pelucas de colores estridentes, los gorros estrafalarios y sobre todo los artículos de broma.
No hay un puesto que no tenga algo de esto.
A mi ante semejante prohibición se me plantean un par de cosas.
Por un lado ese ansia de gallardón de prohibir cosas. Hace un mes fueron los hombres anuncio, para que la cuidad luciera más bonita y elegante y preservar la ¿dignidad? de la gente. Y ahora esto. No entiendo qué quiere conseguir con esto. ¿Qué todos seamos más serios?
Por otro lado me llama poderosamente lo de la «preservar la tradición» ¿qué quiere decir con ello? Por que yo recuerdo ir a ese mercado desde pequeña. Todos los años nos dábamos un garbeo por allí viendo las cosas, comprando bromas y disfruntando la navidad. Ahora ya no voy tanto, porque me agobia que haya tanta gente y odio profundamente la navidad, pero bueno, ése no es el tema.
así que digo yo que si un mercado lleva más de veinte años (que es lo que yo recuerdo, pero posiblemente sea más) vendiendo artículos de broma ¿no es eso una tradición? ¿o a que tradición se refiere? ¿a recuperar el espítu cristiano? ¿conocer cuál es la verdadera esencia de la navidad?
Me parto. Ahora no me gusta la navidad, pero encuentro mucho más sentido a ésta época cuando recuerdo aquiellos paseos comprando bromas y pelucas que al pensar en el nacimiento de alguien (que por cierto ni siquiera nació, si es que nació, en navidad, sino más bien en primavera).
Y mucho más es un país aconfesional. Entonces sino eres cristiano ¿no tienes derecho a disfrutar de una navidad que ya no tiene sentido religioso? Yo flipo.