Por fin han liberado a los marineros del alakrana. Me alegro. Mucho. Estaba esperando que pasase para escribir éste post. Y aviso, va a ser largo, reflexivo y polémico.
La verdad es que me ha cabreado mucho casi todo lo que he ido leyendo éstos días al respecto. Lo de la seguridad que hay que enviar, si es privada, si es el ejército, si es que los piratas son malos remalos torturadores que están drogados.
En primer lugar estoy radicalmente en contra de enviar al ejército para proteger a los barcos, y tampoco seguridad privada, porque, al fin y al cabo, eses barcos son de empesas privadas que van a hacer negocios. ¿si yo me fuera a Afganistán por un trabajo me pagarían unos guardaespaldas? Obviamente no, pero esto es una cuestión secundaria.
Sobre lo que realmente quiero reflexionar es sobre nuestra presencia allí y la necesidad de defendernos que eso conlleva.
No se si las personas que leen éste blog están familiarizadas, al menos por encima, con la situación de Somalia.Yo no conozco demasiado la situación, pero sí se que es lo que se llama un «estado fallido», es decir, que no se ha conseguido que exista un gobierno estable y fuerte y que llevan unos 20 años sufriendo una «guerra de baja intensidad» que son incluso peores que las guerras al uso, porque son mucho más desgastantes y consiguen eliminar cualquier atisbo de organización o de respeto al más mínimo orden.
Con eso de que Somalia es un país negro sin ningún interés especial (léase petróleo), no se le ha hecho mucho caso, porque total, que se maten unos cuantos negros hambrientos no tiene importancia. Pero claro, llegó un momento que la ONU dijo..eh! a lo mejor deberíamos hacer algo, se supone que para eso estamos! pero la situación era ya de tal descontrol que tuvieron que salir de allí por patas ante la masacre que los señores de la guerra estaban ordenando contra ellos. Ésto fue en el año 95.
Y los occidentales lo que hacemos al respecto es: aprovecharnos una vez más de los países del tercer mundo y, en lugar de ayudar a los estados para que puedan desarrollar una buena flota pesquera, que después pueda vendernos el pescado y así ayudemos y abramos una vía de desarrollo por el comercio a éstos países, mandamos nuestros barcos a que exploten SUS recursos naturales y hacer negocio nosotros hasta que el mar se agote.
Y encima tenemos que enviar seguridad porque unos piratas malos malísimos atacan y nos quejamos de lo pérfidos que son los somalíes. Pues normal, cuando uno se cría en medio de la guerra, educado en la violencia y sin saber las cosas que se ha visto obligado a hacer, es normal que intente sacar el máximo provecho posible.
Obviamente no les justifico, y me alegro mucho de que los marineros están camino de casa. Sólo digo que tenemos que en la actualidad deberíamos tener una visión un poco más global de las cosas, y que nunca, nunca, nunca, nos veamos en la situación en la que ellos están, porque no sabemos de lo que seríamos capaces de hacer. Al fin y al cabo Occidente no se encuentra en esas situación extrema pero permite (y comete) barbaridades como ésa y peores, el tan civilizado y «moral» Occidente. Me diréis qué es peor.